Muchas veces el dolor no aparece de una manera traumática, debido a una lesión aparente o
enfermedad. En ocasiones, éste aparece de forma progresiva, manteniendo una postura en el
tiempo (por ejemplo estar de pie o sentado), por realizar movimientos repetitivos y episodios
de recurrencia del dolor. El paciente a veces tiene la necesidad de auto-manipularse para
aliviarse el dolor o de utilizar una sujeción externa, como una faja lumbar.
La estabilidad articular depende de tres subsistemas: el sistema pasivo (ligamentos), el sistema
muscular (músculos movilizadores y estabilizadores) y el sistema neuromuscular (patrones de
activación muscular en el tiempo e intensidad correctos).
Cuando una persona experimenta un episodio doloroso se produce una inhibición de la
musculatura estabilizadora y una dominancia de la musculatura movilizadora. También se
pierde el tiempo de contracción de la musculatura estabilizadora, produciéndose un retraso.
Todo esto producirá que el dolor se perpetúe en el tiempo y provoque recurrencias.
El tratamiento de fisioterapia consistirá en el fortalecimiento de la musculatura profunda y la
realización de ejercicios funcionales de manera progresiva para recuperar la calidad de
movimiento y disminuir el tono de la musculatura movilizadora.
Contamos actualmente con guías de predicción clínica a nivel de la columna lumbar que
nos ayudarán a conocer si el paciente se puede beneficiar con el tratamiento mediante
ejercicio terapéutico. La columna cervical, el hombro y la muñeca también son otras
regiones muy proclives a sufrir alteraciones del control motor, contando con tests
clínicos y ejercicios específicos que nos ayudarán a mejorar la situación clínica del
paciente.
Ejercicio Terapéutico