El dolor sobre la zona lateral del epicóndilo del codo se manifiesta durante las actividades que requieren la manipulación de objetos, tales como levantar un vaso, vestirse y realizar las tareas de la casa. Los profesionales sanitarios, ante estos síntomas, dan provisionalmente el diagnóstico de «codo de tenista» o más correctamente como epicondilalgia lateral.
Los signos que encontrará el fisioterapeuta en su paciente con «codo de tenista» durante la exploración física son:
- Dolor a la palpación directa sobre el epicondilo lateral.
- Debilidad durante la prensión.
- Dolor durante la prensión.
- Dolor con la contracción resistida de los músculos extensores del antebrazo.
Algunos pacientes que sufren esta patología no juegan al tenis, haciendo el término de «codo de tenista» inapropiado para ellos. Hay también una población sometida al riesgo de sufrir esta patología, como los trabajadores de industrias que requieren repetitivas tareas manuales. Por lo tanto, el «codo de tenista» no es solamente abordado por la fisioterapia deportiva.
¿Por qué resulta todavía tan complicado tratar a los pacientes con «codo de tenista» o epicondilalgia lateral?
El problema principal que encontramos es que no se realiza un diagnóstico exacto de cada paciente. Actualmente se sigue utilizando el diagnóstico de «epicondilitis» erróneamente ya que no se han identificado marcadores inflamatorios en el tendón. En su lugar, cambios degenerativos en el tendón sí que han sido encontrados. La consecuencia de realizar un diagnóstico erróneo es que con el tratamiento que apliquemos no conseguiremos los beneficios terapéuticos esperados.
Cuando nos encontramos con un paciente que sufre dolor lateral en la zona del codo es importante especificar qué tejido es el culpable de los síntomas de nuestro paciente. Frecuentemente se da como culpable de los síntomas al «tendón», pero no debemos olvidar que hay otros tejidos y/o estructuras que pueden ser fuente de los síntomas, como:
- El nervio radial o nervio musculo cutáneo.
- La musculatura extensora del antebrazo y codo.
- Las articulaciones del codo.
- La columna cervical.
- La columna torácica.
También es importante eliminar los factores que contribuyen a que el problema se mantenga, como el retraso en la activación de la musculatura extensora y el mal uso de ésta durante las actividades que provocan el dolor debido a una alteración del control motor.
En conclusión, un diagnóstico inadecuado, una mala localización de la fuente de los síntomas y no eliminar los factores contribuyentes, deriva en un mal manejo de esta patología. Haciendo que el problema del paciente se perpetúe en el tiempo y aumente el fracaso de los distintos tratamientos.
¿Cómo podemos actualmente tratar el «codo de tenista»?
En primer lugar debemos reconocer cuál es la fuente de los síntomas (nervio, tendón, músculo, columna cervical, …) para poder enfocar el tratamiento de fisioterapia en esa estructura.
Si la fuente de los síntomas es el tendón, que resulta ser lo más frecuente en la mayoría de los pacientes, no lo trataremos como un problema inflamatorio. Sino como un problema degenerativo debido a un fallo en su intento de curación. Por lo tanto, los objetivos del tratamiento de fisioterapia serán totalmente distintos.
En conclusión, el alivio del dolor y la restauración de la condición muscular son los principales objetivos del fisioterapeuta. La restauración de la condición muscular es más efectiva a través de un programa progresivo de ejercicios de resistencia, concentrándose en extensores de la muñeca y mano. Hay tratamientos mediante terapia manual que proporcionarán un alivio del dolor a corto plazo y una restauración de la función, permitiendo al ejercicio terapéutico progresar óptimamente.